sábado, 24 de marzo de 2012

ADICCIÓN




“Imagina que alguien cercano a ti, alguien a quien quieres, ha caído al agua y ha perdido el sentido, está a punto de ahogarse. Tú eres la única persona que lo estas viendo y te lanzas a rescatarle. Logras sujetarle y mantenerte a flote, aunque pesa muchísimo y te duelen los brazos.
Nadie te oye gritar. El otro se ha despertado, pero no piensa con claridad y lucha por liberarse, se revuelve contra ti, agita las piernas y los brazos. Tú consigues retenerle, aunque ves que poco a poco la fuerza del oleaje os va arrastrando hacia las rocas.
Sin dudarlo un instante, pones tu propio cuerpo entre las rocas, y la persona a la que quieres; te llevas tú el golpe, lo recibís los dos. Y luego otro, y otro. Y ya no dejas de hacerlo.
Sigues haciéndolo incluso cuando te quedas solo.
Se ha convertido en automático.
Ya puedes tener delante al amanecer mas bonito, ya pueden venir barcos a ayudarte, que ni ves, ni oyes.”
Isabel Sartorius. Entrevista para Telva nº 875


Abrumador retrato de una persona que ha sentido en su propio cuerpo el dolor de ver hundirse a un ser querido en el pozo de la adicción a la droga.


Tratar de ayudarlo y no conseguirlo.
Sentimientos encontrados: ira, rabia, desesperación, cansancio, desesperanza….
Una enfermedad tan grave así no se lleva solo la salud y la vitalidad del adicto sino que arrastra por el barro a todos los que le quieren y a su salud mental.
Es tan difícil salir de ese círculo vicioso que crean las drogas que parece que el mundo que te rodea ha quedado en tinieblas para siempre.
Hace falta coraje y mucha fuerza de voluntad para volver a ver la luz del día.

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