jueves, 10 de diciembre de 2015

POEMA DEL DÍA

Si me preguntan cuántas veces he visto esta película, en verdad no podría contarlas, han sido infinitas.
Y que quede claro que no es una película buenísima en el sentido artístico pero tiene ese algo de inocencia, drama, amor abocado a la muerte, desesperación...que me encandila.
Además cada vez que la veo me retrotrae al momento en que la descubrí.........tarde-noche de un viernes cualquiera en Aguilar de Campoo, mi amiga Aroa y yo dispuestas a salir de marcha y romper con todo (como cada vez que nos juntábamos en aquellos tiempos confusos),mientras terminaba de vestirme ella esperaba en el salón con el mando de la tele en la mano....en un momento dado puso la segunda cadena y aparecieron los primeros minutos de la peli.

Total que nos quedamos vestidas de fiesta en el sofá de casa enganchadas a la historia y sobre todo enganchadas a la visión de David (Unax Ugalde) y su trágico amor por Maria (Pilar Lopez de Ayala).
                                           Resultado de imagen de unax ugalde bailame el agua
Y ahora el poema con el que termina la historia y que cada vez que le oigo a David recitar con esa voz suya me eriza la piel.
 Bailáme el agua

Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azucar. Sin aliento.

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