jueves, 23 de agosto de 2012

GARRAPATAS HUMANAS




“O como aquella garrapata del árbol, para la cual la vida es sólo una perpetua invernada. La pequeña y fea garrapata, que forma una bola con su cuerpo de color gris plomizo para ofrecer al mundo exterior la menor superficie posible; que hace su piel dura y lisa para no secretar nada, para no transpirar ni una gota de sí misma. La garrapata, que se empequeñece para pasar desapercibida, para que nadie la vea y la pise. La solitaria garrapata, que se encoge y acurruca en el árbol, ciega, sorda y muda, y solo husmea, husmea durante años y a kilómetros de distancia la sangre de los animales errantes, que ella nunca podrá alcanzar con sus propias fuerzas.
Podría dejarse caer, podría dejarse caer al suelo del bosque, arrastrarse unos milímetros con sus seis patitas minúsculas y dejarse morir bajo las hojas, lo cual Dios sabe que no sería ninguna lástima. Pero la garrapata, terca,obstinada y repugnante, permanece acurrucada, vive y espera. Espera hasta que la casualidad más improbable le lleve la sangre en forma de un animal directamente bajo su árbol. Sólo entonces abandona su posición, se deja caer y se clava, perfora y muerde la carne ajena….”
“El perfume” Patrick Süskind



Descripción de una garrapata que nos hace sentir repugnancia hacia ese tipo de inquilino que se adhiere a tu piel y te chupa hasta la sangre.
Cuantas personas que conocéis se asemejan a estos crueles y egoístas animales.
Cuantos se lucran del trabajo de otro, de su buena fe, de sus buenos sentimientos y se clavan a sus espaldas hasta devorarlos por dentro.
Cuando estés vacio y no puedan sacar mas provecho de ti, se marcharan a por otro inocente y tibio cuerpo que los acomode y los alimente, no volverán siquiera su cabeza para ver en que estado de postración has quedado,….no los interesas ya.



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