miércoles, 27 de febrero de 2013

UN CUENTO PARA REFLEXIONAR




LA FELICIDAD

Esta historia empieza como todas las historias fantasiosas, que engañan a la mente pero tocan el corazón… 
Érase una vez un oruga en un país muy lejano y cerca de tu corazón y del mío…que se preguntaba qué era eso de “ser feliz”…como no sabia la respuesta decidió recorrer territorios lejanos que todos conocemos y desconocemos buscando la respuesta a esa interesante pregunta.


En el camino, apenas saliendo el sol, se encontró con una hermosa mariposa y la oruga audaz, procurando hablar fuerte para que la mariposa, que revoloteaba sin parar, mostrando sus hermosos colores, la escuchara.
- Señorita Mariposa, ¿sabe qué es la felicidad?.
La mariposa radiante y en movimiento, como es ella. le dijo:
- Querida Oruga, para mí… la felicidad es saber quien soy realmente, aunque todos lo duden…

La oruga, no estando convencida de la respuesta, siguió su camino. No le decía nada esta extraña respuesta y se preguntaba internamente, como todos, ¿y quién o qué soy yo realmente?… algo cabizbaja y cansada, sin comprender aún… decidió seguir su camino…
A media mañana, se consiguió un tronco que se movía, pero…
¡Oh sorpresa!, no era un tronco… era un camaleón que mostraba en su cuerpo el color del ambiente a su alrededor…la Oruga quedo maravillada ante tal hazaña y se dijo para sí… si el señor Camaleón hace tan asombroso acto de magia, seguro que sabe qué es la felicidad y de paso me dirá más…¿dónde encontrarla?… Salio arrastrándose de prisa con mucha esperanza, como todos lo hacemos de cuando en cuando ante grandes actos, y le dijo al asombroso Camaleón:
- Sr. Camaleón, Ud. que hace tan grandes hazañas, seguro que sabe la respuesta a una pregunta que me embrolla el alma… ¿Qué es la felicidad?

El Camaleón, haciendo lo que más sabe hacer… adaptándose y acomodándose y cambiando de nuevo de color, le dijo con gran proeza:
- ¡La felicidad, querida Oruga, es no resistirte y unirte a todo… perderte y encontrarte en ello!

La Oruga, extrañada de nuevo y pensando y sintiendo que ella era parte de toda esa vasta región, decidió seguir… no tenía caso preguntarlo si conocía el camino a la felicidad… ya que había dado una muy rara respuesta, para una simple oruga…
Aún así siguió su camino y, al atardecer, se encontró a una interesante Araña que tejíalaboriosamente, muy inspirada, una gran telaraña de un finísimo hilo brillante. Los ojos de la Oruga resplandecieron… y pensó: “al fin encuentro a alguien que parece conocer un gran misterio”… y corrió a preguntarle a la araña
- Sra. Araña, ¿conoce Ud. qué es la Felicidad?
La araña apenas levantó la vista, siguiendo con su arduo trabajo, y le respondió:
- Querida Oruga, la felicidad es nunca olvidar que tú siempre tienes la responsabilidad y la satisfacción de tejer el camino por el cual caminarás

La pobre Oruga, preocupada porque ya empezaba a oscurecer y debía buscar un lugar donde aliviar su frustración y sus dudas para pasar la noche, decidió meterse en una cueva para estar protegida y allí vio que algo oscuro estaba con la cabeza a la inversa, en la cueva y pensó ¡wow. pero si está al revés!…
El murciélago la miró con algo de impaciencia, porque había venido a interrumpirle en su mundo privado…
La Oruga, asombrándose con tal hazaña, le dijo:
- Sr., Ud. que es tan extraño, ¿me puede decir qué es eso tan raro que llaman felicidad?
El Murciélago movió sus alas y, muy sobrio, le contesto:
- La felicidad es ser capaz de irte a tus mundos internos sin temor a la oscuridad y las sombras que se dibujan en ella.

La Oruga, aún sin comprender nada … en plena noche, cansada y rendida en su ardua tarea de investigar sobre la felicidad, decidió repasar lo que le habían dicho en cada uno de los encuentros en su camino y usar, uno por uno, los consejos y -poco a poco- fue tejiendo su propio “camino… viendo sus mundos internos sin temor a la oscuridad…sin resistirse, uniéndose a todo…con la plena seguridad de saber quien era…aunque ella misma no pudiera verlo del todo”… se fue replegando poco a poco en una árbol… buscando el camino de su propia felicidad… como tú y como yo….tantas veces hicimos… y así de pronto, un día, la “Oruga” comprendió que ese “espacio interno de reflexión”…le quedaba pequeño y ”decidió buscar la luz de nuevo”… al fin y al cabo ya había estado mucho tiempo allí…notaba cambios en ella…aunque no los pudiera ver…De esta manera, realizó un pequeño movimiento… “rasgando el velo de su entendimiento”… de nuevo trazó su camino hacia la luz … y realizó un pequeño movimiento… y, de pronto, la luz era cegadora… imponente….”tomó conciencia de sus alas”, eran de hermosos colores… brillaba ante tanta luz… allí estaba de nuevo… y todos la veían con asombro y le sonreían…la pequeña Oruga pensó para sí -admirando sus hermosas extremidades- ahora sé qué es la felicidad… es adentrarme en mí misma y, desde allí, transformarme y sacarlo al exterior… y decidió volar hacia todos sus amigos, compartiendo también su felicidad con ellos…


 

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