viernes, 23 de mayo de 2014

HACIENDO MEMORIA



Hace años en mi antiguo barrio vivía una familia con cuatro hijos, dos chicas y dos chicos.
Su padre trabajaba en la fabrica de galletas mas famosa de la localidad,ocupando un alto cargo en ella.
Sus hijos todos menores de edad estaban siempre bajo la férrea disciplina del padre, que todo sea dicho de paso nos parecía a todos sus amigos un poco dictatorial con ellos.
Un día la empresa decidió transladarle a la otra punta de la península, lo cual suponía un cambio total en la vida de toda la familia.
Todos los chicos estaban tristes por dejar a sus amigos y su lugar de nacimiento, pero sobre todo había una persona que tenia un gran congoja.Una de las chicas que por aquel entonces creo recordar que tenia 16 o 17 años estaba enamorada por primera vez de un compañero de instituto.
Ambos estaban viviendo un amor rotundo y era encantador verlos juntos.
Sus ojos brillaban al encontrarse, sus sonrisas eran verdaderas.
De nada les sirvió, el padre de familia se negó a cualquier acercamiento de la otra familia ( con el fin de mantenerlos juntos o al menos que se pudieran ver de vez en cuando) a ellos, haciendoles llegar además la amenaza de la minoría de edad de su hija.
Se fueron un día temprano, sin dejar direcciones,teléfonos de contacto o cualquier resquicio al que agarrarse.
Siempre me he preguntado,
Yolanda, ¿Has conseguido ser feliz después de ese amor truncado?
Noelia

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