miércoles, 7 de mayo de 2014

A TRIUNFAR

Este debería ser un manifiesto para tener en la mesita de noche de todas las casas o en el mueble de la entrada, para leerlo, releerlo y hacerlo nuestro cada día.
Si a Walter Elias Disney le dió ese resultado porque no intentarlo....


"Y así, después de mucho esperar, un día como cualquier otro decidí triunfar.
Decidí no esperar a las oportunidades, sino yo mismo buscarlas.
Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución.
Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis.
Decidí ver cada noche como un misterio a resolver.
Decidí ver cada día como una oportunidad para ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades,
y que enfrentarlas era la única y mejor forma de superarlas.
Aquel día descubrí que no era el mejor
y que tal vez nunca lo hubiera sido.
Dejó de importarme quien gana o pierde.
Ahora me importa simplemente saber mejor qué hacer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo es poder llamar a alguien “Amigo”.
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento;
 el amor es una filosofía de vida.
Aquel día dejé de ser el reflejo de mis escasos triunfos pasados
y pasé a ser una tenue luz en el presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz
si no iluminamos el camino a los demás.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas…
Aquel día aprendí que los sueños existen para hacerse realidad.
Y desde aquel día ya no duermo para descansar…
ahora simplemente duermo para soñar."
                                                              (Walt Disney)




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