"Tras conversar largo y tendido con más de ochenta asesinos en serie,he descubierto que no establecen con el resto de las personas ningún tipo de relación normal.
Pueden interpretar los papeles más complejos con una maestría y seriedad con las que ningún actor de Hollywood galardonado con un Oscar habría osado soñar.
Son capaces de imitarlo todo.Pueden aparentar ser personas íntegras y, en algunos casos,se les considera ciudadanos ejemplares.
Pero carecen de la esencia misma del ser humano: la capacidad para relacionarse.
Para ellos, asesinar no es nada, nada en absoluto.
Los asesinos en serie no establecen ningún vínculo emocional con las víctimas, y posiblemente eso sea lo más escalofriante.
No sólo no sufren, sino que carecen de la capacidad de preocuparse por los demás y sufrir."
"Mi vida con los asesinos en serie" Helen Morrison.
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