“…De niño lo esperaba detrás de la puerta de casa, luego,
cuando llegaba, me abalanzaba sobre él, y me sentía feliz. Después dejé de
hacerlo, porque tenía la sensación de que siempre estaba pendiente de otras
cosas.
Tal vez me equivoqué yo, tendría que haber seguido
buscándolo.
Pero resultó que, a partir de un momento, ninguno de los dos
dio un paso hacia el otro.
Desde entonces mi
padre y yo estuvimos separados por un muro de lluvia, hecho de gotas de
ausencia.”
“El tiempo que querría”.
Fabio Volo
A veces nos separa de nuestros seres queridos el orgullo,
otras el desconocimiento de sus problemas…
Me han gustado mucho estos dos últimos post. Describen perfectamente a la mayoría de padres de las últimas década. Te hace darte cuenta de que realmente es más valioso demostrar las cosas con actos y no con típicas palabras de aprecio que se quedan simplemente en eso, simples palabras repetidas como costumbre, las cuales van perdiendo su valor hasta perderlo totalmente.
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