“LA VIDA NO SE MIDE
POR EL NÚMERO DE VECES QUE
RESPIRAMOS
SINO POR LOS LUGARES E INSTANTES
QUE NOS QUITAN LA RESPIRACIÓN.”
Esta
“fontana” fue para mí uno de esos lugares que te quitan la respiración.
Hace ya
algunos años que visité la ciudad de Roma pero aún sigue en mi mente ese
momento de doblar una esquina cualquiera del casco antiguo de la ciudad y
encontrarme de cara con ese espectáculo arquitectónico.
Grandiosa,
blanca impoluta, resplandeciente, evocadora…..
Te quedas
tan alelado que ni siquiera notas la masiva afluencia de turistas apretujándose
en sus bordes para la típica instantánea del lugar.
En realidad
te quedas a solas con la obra, deseando grabar cada línea, cada detalle, para
tenerla siempre a salvo en un rinconcito de tu cabeza.
Tu
imaginación se desboca y te hace partícipe de esa historia mitológica que
cuenta la escultura.
Verdaderamente
su contemplación es un momento sublime.
No dejéis
de visitarla si tenéis ocasión, y si podéis hacerlo durante el día y también la
noche. Los juegos de las luces en el blanco mármol son maravillosos.
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