viernes, 25 de abril de 2014

LA BELLEZA DE NARCISO




Narciso, hijo del dios del río Cefiso y de la 
ninfa Liríope. 

A causa de su gran belleza, tanto doncellas como 
muchachos se enamoraban de Narciso, pero él rechazaba 
sus insinuaciones. Entre las jóvenes heridas por su amor
estaba la ninfa Eco , quien había disgustado a Hera y ésta
la había condenado a repetir las últimas palabras de lo que
se le dijera.

Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su
amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el
bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él
preguntaba “¿Hay alguien aquí?”, Eco contenta respondía:
“Aquí, aquí”. Incapaz de verla oculta entre los árboles,
Narciso le gritó: “¡Ven!”. Después de responder: “Ven, ven”,
Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos.
Narciso cruelmente se negó a aceptar el amor de ella; la
ninfa estaba tan apenada que se ocultó en una cueva y allí
se consumió hasta que nada quedó de ella salvo su voz.
Para castigar a Narciso, Némesis , la diosa de la venganza,
hizo que se apasionara de su propia imagen reflejada en
una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de
apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En
el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa
flor , que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.
 

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