Yo aún puedo recordar cuando aprendí a montar en bici, o a caerme mil veces con mis patines de cuatro ruedas.
Los juegos que nos inventábamos con los vecinos del barrio, las tardes nadando en el río.
Nunca fui a clases de informática ni a campamentos de negocios o de nuevas tecnologías como los que surgen ahora a cada paso. Pasaba los veranos leyendo libros de aventuras en mi habitación, haciendo merendolas en el bosque cercano a mi casa e intentando pescar en el río.
Deberíamos hacer una reflexión nosotros que ya estamos ahí en nuestro futuro, en un trabajo que nos llena la cabeza de preocupaciones, que a veces nos hace estar de mal humor y no disfrutar de los nuestros...sabemos que ellos llegaran hasta este mismo lugar y se encontraran con las mismas dificultades hayan hecho mil y una actividad educativa o subido a todo los arboles del parque así que porque no les dejamos que sean niños de verdad, que asuman su papel de infantes, que disfruten y vivan esa etapa con la mirada inocente que todos tienen.
Noe.
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