Yo que estoy lejos de mi gente este fin de semana he visto con otros ojos el reencuentro de alguien especial con sus amigos.
Ese momento indescriptible cuando llegas a la reunión y sientes sus miradas, sonrisas y bromas...
Ves que están tan a gusto juntos que no desearían estar en ningún otro lugar y que también que esos momentos se estiraran hasta el infinito.
Les he visto recordar viejos tiempos, regresar a otros lugares y a otras épocas.
Besos, saludos, conversaciones aplazadas por los trabajos de cada uno, fotos, cervezas, y hasta cubatas.
Todo vale en ese sábado infinito mágico de amistad verdadera.
Sois una pandilla que aunque ya no os veáis a diario seguís ahí y nada ha cambiado.
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